26 Dic JOHN CAGE: MÚSICA EN SILENCIO
Por: Pepe Treviño
Los escenarios son el sitio ideal para liberar emociones creativas, es el lugar en donde los artistas viven una purificación emocional, corporal, mental y espiritual. Sin embargo, existen compositores que prefieren explorar el mundo musical desde otra perspectiva, les interesa el estudio y la experimentación para lograr nuevas posibilidades que se integren a este arte.
Cage también registró la realidad que lo envolvió en libros de ensayos y anécdotas como Silence (1962) y A year from Monday (1967). O en diarios, como Diary: How to improve the world (1965). O transformándola en “partituras verbales”, es decir, reescrituras (mediante chance operations), de las obras del trascendentalista H. D. Thoreau –el hombre de los bosques-, o del Finnegans Wake de Joyce, o simplemente de nombres de hongos como Mushroom et Variations (1984). Otras veces, transformando esta realidad en aguafuertes e incisiones, extraídas como siempre de manera “casual” de los bocetos de H. D. Thoreau.
Así lo hizo John Milton Cage, compositor, instrumentista, filósofo, teórico musical, poeta, artista, pintor, aficionado a la micología y recolector de setas, pionero en la música aleatoria y electrónica, al uso no estándar de instrumentos musicales.
Nacido el 5 de septiembre de 1912 y fallecido el 12 de agosto de 1992, en Nueva York, Cage fue figura emblemática en la música avant garde de posguerra, uno de los compositores más influyentes del siglo XX y precursor de la danza moderna gracias al apoyo del coreógrafo Merce Cunningham, su compañero sentimental la mayor parte de su vida .
Algunos biógrafos afirman que Cage, al ser hijo de un ingeniero inventor de aparatos electrónicos y submarinos, tuvo su acerca- miento con la música incidental desde pequeño, pues John afirmaba innumerables veces que esos ruidos de los inventos de su padre le ayudaban a imaginar música inexistente. Aunque su formación académica comenzó después que ingresó en la Universidad de Pomona (California), cuando estudió Arquitectura y piano en Europa, sitio en donde John Cage desarrolló muy pronto una tenaz voluntad de experimentación aplicada, en particular, a la música, pero en un campo más amplio de exploración sobre el lenguaje. Fue fundamental su experiencia de aprendizaje con Arnold Schönberg, uno de sus maestros, que lo convirtió pronto en un compositor radical, inventor de una música vivida como “agregación de sonidos” y, por lo tanto, también de “silencios”, definidos como “sonidos inaudibles”.
En su producción musical, Cage se sitúa más allá de cualquier categoría preestablecida, incluida la dodecafonía. Tras haber traspasado todas las barreras armónicas, su uso tan heterodoxo de los instrumentos tradicionales le llevó al descubrimiento de sonoridades inéditas. En este ámbito se encuentra la idea del “Prepared piano” (1938), que consiste en la creación de sonoridades inesperadas colocando entre las cuerdas de un piano tradicional objetos fuera de contexto, como tuercas y tornillos. La adopción del silencio como parte integrante de la partitura musical -es célebre en este aspecto su 4’33’’ (1952), que deja penetrar en sus 4 minutos y 33 segundos de silencio los sonidos ambientales- consagró ya en su época a Cage a la vanguardia musical.
Pero otros aspectos relevantes de su poética le hicieron merecedor de un lugar destacado en el mundo de la filosofía contemporánea: por ejemplo, la adopción del “alea”, o composición mediante operaciones casuales (“alea operations”). Con el uso del “alea”, y negando al autor cualquier cualidad demiúrgica, Cage consagra definitivamente el fin de toda ideología y ratifica la afirmación de la estética posmoderna. En este sentido se sitúa HPSCHD, de 1968, obra para clavicémbalo y ordenador programado según el Libro de las mutaciones chino I-Ching.
A lo largo de su dilatada carrera, Cage influyó en la obra y en la poética de innumerables artistas e intelectuales, convirtiéndose él mismo en principal referencia de la vanguardia estadounidense y, en general, de la estética contemporánea.
Su colaboración con Merce Cunningham, que se remonta a 1942, y el trabajo teórico sobre sonido y movimiento, la colaboración con artistas visuales como R. Rauschenberg y J. Johns, la experiencia (1948-1950) con los poetas de la Black Mountain, la intensa amistad con Marcel Duchamp, su maestro de ajedrez y los seminarios de Darmstadt (1958), constituyen piezas importantes del mosaico Cage.
DISCOS RECOMENDABLES
SUN RA Y JOHN CAGE
Modern Harmonic reeditó una rara grabación de Sun Ra / John Cage que documenta el histórico encuentro de la pareja en junio de 1986, cuando se reunieron para un concierto único en Sideshows By The Sea en Coney Island. Meltdown Records lo grabó y lanzó un LP de segmentos de conciertos sin editar. Muy solicitado por los coleccionistas, una copia del LP original está actualmente a la venta en discogs a un precio de casi 100 dólares.
MUSIC FOR
Este trabajo consta de 17 partes para voz e instrumentos sin puntaje general. Su título debe completarse agregando el número de intérpretes, es decir, Música para cinco, Música para doce, etc. Cada parte consta de «piezas» e «interludios», anotados en dos sistemas y que utilizan intervalos de tiempo flexibles. Algunas de las «piezas» se componen de tonos sostenidos individuales, precedidos y seguidos por el silencio, y deben tocarse suavemente; También se pueden repetir. Otros consisten en secuencias de tonos con varios tonos, anotados proporcionalmente.
WORKS FOR PIANO
Hasta hace poco, en CF Peters, el editor de Cage, en Nueva York, encontró una caja de obras que Cage había dejado de publicar o simplemente había olvidado. Entre ellos se encontraban las piezas de baile, Triple-Paced y Ad Lib , Jazz Study , y la banda sonora Works of Calder , todas compuestas entre 1942 y 1950. A pedido de Peters, Margaret Leng Tan se alistó para editar estas obras como parte de un nuevo volumen de piezas para piano de Cage. Se trata de Works for Piano & Prepared Piano Vol. 2.
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