09 May ANIMAE: EL SAN DIEGO FOODIE PARA FASHIONISTAS
Por Pepe Treviño
San Diego no es una ciudad reconocida en lo que respecta a la moda, es un destino casual donde la comodidad es la norma de etiqueta.
Pero el restaurante ANIMAE, de Brian Malarkey, es uno de los pocos restaurantes de la ciudad donde la gente se atavía para cenar. Es un lugar para celebrar una gran noche, para ver y ser visto.
Y no es para menos si consideramos que este spot gastronómico tuvo una inversión de 5 millones de dólares, un monto bien derrochado que se puede ver y sentir en cada rincón que luce un gran diseño, aprovechando a la impresionante y moderna arquitectura de la Pacific Gate Tower de BOSA, que se encuentra en lo alto del restaurante.
El comedor es una interpretación futurista del diseño art déco, suspendiendo el tiempo y el espacio, simulando a un teatro que prepara el escenario para disfrutar de un menú de inspiración asiática, elaborado por la chef Tara Monsod, que incluye todos los sabores de cada rincón de Oriente.La experiencia en este restaurante comienza desde el exterior, donde se encuentra la monumental escultura “Pacific Soul”, de Jaume Plensa, que parece flanquear la vivencia que se aproxima. Ya dentro, el equipo de servicio conduce a los clientes a la mesa mientras la música señala que se tratará de una velada donde el sonido es parte de la experiencia, una especie de maridaje sonoro que se disfruta en excéntricos booths y sillones en tonos verdes y dorados, tan cómodos que el comensal se sume en sus pensamientos a cada bocado o pierde la mirada a través de los ventanales de vidrio, de piso al techo, que se asoman al ajetreado Harbor Drive.
Pero vamos a la estrella de ANIMAE, su menú, que se especializa en filetes wagyu japoneses A5 de primera línea, que incluye cualquiera de las cuatro razas japonesas de ganado. Aunque hay otros platos espectaculares que tienen que ver con la fusión asiática, inventiva, de la chef Tara Monsod, que le rinde tributo al ingrediente, como se saborea con los bao bun de pulled pork, el pollo tailandés, el hamachi con vinagreta y el whole fried fish, todo con un twist de sabor personal. Y también hay que saber que la cocina de la chef Tara se centra en el horno de carbón y la parrilla japonesa robata, siempre usando ingredientes de origen para ejecutar una experiencia sofisticada.
Las bebidas también tienen su apartado especial en este spot. Por ejemplo, el sake, que ha sido seleccionado de manera muy singular, al igual que la cerveza artesanal, todo proveniente de pequeños productores locales.
Sin duda hay mucho para elegir y los meseros tienen un impresionante conocimiento enciclopédico en relación con el menú y los ingredientes.
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