WHITNEY MUSEUM: TRIBUTO A LOS ARTISTAS VIVOS

WHITNEY MUSEUM: TRIBUTO A LOS ARTISTAS VIVOS

Por Luis Menchaca

La ciudad de Nueva York nunca deja de sorprender a los amantes del arte contemporáneo. La Gran Manzana es multifacética en ese sentido, cuenta con más de 100 museos para elección del viajero, así que la elección es difícil, sin embargo, esta vez viajamos a NYC para conocer Whitney Museum y hacer la siguiente recomendación.

Whitney Museum se encuentra cerca del High Line, donde se encuentran una serie de desarrollos inmobiliarios que rayan en la locura. Vale la pena llegar a pie para reconocer como esta zona ha marcado tendencia desde el año 2009, cuando fue rehabilitada y transformada -anteriormente era el paso de un tren elevado- en una ruta peatonal que involucra el arte como norma, concluyendo en la zona conocida como Meatpacking, a donde se mudó el Whitney Museum of American Art.

Se trata de un edificio que fue diseñado por Renzo Piano en un espacio de 5000 m2 para exhibir una colección de más de 23,000 obras de artistas estadounidenses de los siglos XX y XXI, como pinturas de Jean-Michel Basquiat, películas de Andy Warhol, fotografías de Richard Avedon, esculturas de Alexander Calder y 3 mil artistas más que cubren casi cada centímetro cuadrado del complejo.

La innovación ha sido el sello distintivo del Whitney desde sus inicios. Fue el primer museo dedicado a la obra de artistas estadounidenses vivos y el primer museo de Nueva York en presentar una gran exposición de un videoartista (Nam June Paik, en 1982).

Además, el Whitney dio la oportunidad a figuras tan destacadas como Jasper Johns, Jay DeFeo, Glenn Ligon, Cindy Sherman y Paul Thek de celebrar la primera exposición exhaustiva de su obra en un museo. La institución ha continuado adquiriendo obras de arte en el mismo año de su creación, a menudo mucho antes de que los propios artistas reciban un amplio reconocimiento.

Los pisos están conectados por dos ascensores diseñados por artistas. Y si la movilidad no es un problema, hay que subir las escaleras para admirar las vistas ininterrumpidas del río Hudson a través de las ventanas.

Los pisos superiores y las terrazas de esculturas también están conectados por una serie de escaleras exteriores, con excelentes vistas del horizonte del centro y una rara oportunidad de experimentar el arte al aire libre en las terrazas.

 

GASTRONOMÍA CON ARTE

Vale la pena hacer una escala en alguno de los dos espacios culinarios que fueron diseñados por el restaurantero Danny Meyer. En la planta baja se encuentra el Whitney Café, que ofrece comida internacional. Mientras que el Studio Bar del octavo piso se puede disfrutar de sopas, ensaladas, una buena selección de vinos y bocados ligeros que rivalizan con las vistas del horizonte a través de las ventanas que van del piso al techo.

EN LA RED: whitney.org

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