AL ANDALUS: HOTEL PREMIUM SOBRE RUEDAS

AL ANDALUS: HOTEL PREMIUM SOBRE RUEDAS

Texto y fotos: Cindy Agustín

Quien osa llamarse peregrino cuando realiza el Camino de Santiago es porque tuvo que realizar 100 kilómetros a pie; o porque recorrió 200 kilómetros viajando a caballo o en bici. En mi caso saldré de Madrid hacia la ciudad Santiago de Compostela en el Tren Al Andalus con un itinerario que no tiene sorpresas como cambios de horario o redefinición de visitas; serán siete días y seis noches con desayunos, comidas y cenas incluidos. Mis compañeros de viaje son parejas que han vivido el amor disfrutado por décadas; pero yo, aún con una jovial apariencia, tengo un alma vieja que se transpira en cuanto tengo contacto humano. Además, con el tiempo suficiente para gastarlo en un tren diseñado como los antiguos carros que trasladaban a la monarquía de la Belle Époque.

Hay dos formas para hacer esta ruta: Madrid-Santiago de Compostela; Santiago de Compostela-Madrid. Mi cita fue en la Sala Club, exclusiva para los Trenes Turísticos de Lujo y otros servicios de clase superior o preferente, ubicada en la Estación de Chamartín (Madrid), a las 11 de la mañana.

Tal como marca el programa, la tripulación se presenta ante los pasajeros con vino espumoso en mano. El sonar de las copas augura un excelente viaje y las sonrisas aún tímidas se acompañan de miradas con un anhelo por conocer varias ciudades del noroeste de España.

El primer día es para conocer Madrid. Un tour panorámico muestra el Museo del Prado y la alocada La Gran Vía, se siente una nostalgia inusitada al ver imágenes de la capital madrileña sin poder pisarla, pero el tiempo es justo para hacerlo en un camión. A la 1:30 p.m. nos espera la primer comida del viaje. Será en la Taberna La Bola, un restaurante tradicional que tiene en su carta el cocido madrileño servido con el protocolo debido: primero los fideos, después el caldo de puchero de barro y al final los garbanzos, el morcillo, los trozos de gallina, el chorizo, el cuadrado de tocino. Un platillo saboreado de antaño por la Infanta Isabel, y sí que es una comida de reyes.

Silvia, la guía bilingüe que nos acompaña en los tours citadinos indica que hay tres horas para visitar el centro de Madrid. Me encamino con paso rápido a la Gran Vía con sus clásicas tiendas departamentales, de paso, me topo con el Museo del Jamón y la siempre visitada Plaza Mayor. Con el calor veraniego de Madrid los turistas siempre imploran por una refrescante cañita; un antojo que saciaré en otro momento, pues es la hora indicada para regresar a la Estación de Chamartín y tener una cena abordo, espacio que se presta para conocer a aquellos conversadores seducidos por el traquetear del tren y sus afables camareros.

VIAJAR EN UN TREN- HOTEL

Conforme avanzan los días las caras se vuelven más amigables y la confianza deja fluir pláticas amenas desde que los camareros disponen el desayuno. El tren se ha puesto en marcha con un 30% de ocupación; pues la Responsable de Expedición, María Ara Fernández, me indica que la capacidad máxima es de 60 pasajeros y aunque el tren opere con menos gente, siempre viaja con una tripulación numerosa: “Ahora somos entre 15 y 20 personas: los camareros, las guías, los cocineros, los maquinistas, el chofer del camión en las visitas en cada ciudad y hay que contar con el personal de vigilancia, que siempre debe estar atento en cada parada”.

Este tren Al Andalus tiene una historia recorrida. Su construcción data de 1921 y fue una solicitud realizada por la monarquía británica; un transporte usado para vacacionar en verano, mediante el cual se hacían recorridos del norte al sur de Francia (entre Calais y la Costa Azul). Para 1985 tiene su primera remodelación. Todas las suites cuentan con su propio baño, uno de los principales diferenciadores que marcan la modernidad del siglo XXI. Décadas atrás solamente estaban adaptados dos coches con bañeras, la espera con clientes ataviados en albornoz supone una situación muy original de conocer a los pasajeros.

Sí, las suites son confortables; sin embargo, el área más visitado es el coche salón Alhambra del tren, donde diariamente se desayuna y se realiza la mayoría de las cenas. “Antes, todas las comidas se realizaban afuera del tren. Pero, los clientes pedían comer adentro del transporte… Normalmente la gente disfruta más con la comida del tren que en las comidas realizadas al exterior”, dice María Ara Fernández.

Y en parte es verdad. Los chefs son esenciales en el viaje; adaptan los platillos de acuerdo al lugar que se va conociendo y confeccionan un menú con cocina tradicional cuyos sabores demuestran el estándar de calidad apto para un tren de lujo: Percebes al natural; Pisto de verduras con boquerón marinado; Lomo de corvina con salsa Mozárabe (típica de la cocina hispano-arábiga); Muslo de pato confitado con ensalada de manzana en texturas; Lacón gallego con cachelos o patata cocida; Vieira al horno con sofrito de cebolla y migas de pan de maíz.

A los momentos gastronómicos se une entusiasmado, un joven ayudante de cocina; es Kevin Cuadriello a quien le hace ilusión conocer Galicia; ciudad de la que espera “mucho marisco y mucho pulpo”.

VARIAS CIUDADES EN UN DÍA

Ya es el tercer día. Por increíble que parezca en 12 horas se dio el tiempo adecuado para conocer la hermosa ciudad de León donde realicé una selfie enfrente de la casa botines construida y diseñada por Antonio Gaudí; almorzamos en el Parador Hostal San Marcos que alberga una construcción que data del siglo XVI. Hicimos un recorrido en Astorga y regresamos a Monforte de Lemos. La primer ciudad gala que conozco durante el trayecto de este mencionado “palacio en movimiento”.

Entre los pasajeros viaja Elida, una radióloga argentina octogenaria que me dice “los viajes son mi vicio”. Platicamos de la antigua Segovia y cómo se ha ido modernizando conforme el turismo le inyectó vitalidad. “El acueducto es impresionante; pero… te soy sincera, me gustó más Astorga porque son de las ciudades que tienen alma”.

Al hablar de Astorga, de inmediato recuerdo los deliciosos chocolates que se pueden conseguir en las tiendas que rodean la Plaza Mayor; la cual queda muy cerca de la antigua iglesia de San Julián donde se puede sellar la credencial de los peregrinos que realizan la ruta del Camino de Santiago.

Al día siguiente, como es costumbre, el sonar de la campanilla despierta a los viajeros en punto de las ocho de la mañana. Una curiosa forma para despabilar, iniciada por un jefe de operaciones de un tren turístico que hace décadas lo optó como despertador cuando hubo una falla en la electricidad.

En este nuevo día el tour incluye una visita a la Ribeira Sacra y una degustación de vinos en la bodega Regina Viarum. Veremos un paisaje que rompe el esquema religioso de imponentes catedrales y monasterios que hemos conocido en cada ciudad. El chofer nos deja en la localidad de Doade, en el municipio de Sober. Aquí hay un tren turístico llamado Aba Sacra, éste realizará un corto recorrido para observar los viñedos que tienen una inclinación del 70% debido a lo cual se le denomina: Viticultura Heroica.

 

Mientras el trenecito avanza, el aroma a pasto y establo se mezcla con la frescura del aire cuando se pasa por el cañón del Sil, en cuyas paredes se ha cultivado cepas como la Mancía, la Godello y obviamente la Albariño. Dejamos atrás la verde vegetación y las escarpadas montañas de la Ribiera Sacra.

En el quinto día, después de la 11 de la mañana el aire me pega en la cara cuando observo desde lo alto de un crucero en la Ría de Arosa. Aquí, entiendo el porqué Galicia es afamada por su comida fresca a base de mariscos. Las bateas o plataformas que flotan sobre el agua muestran el cultivo de vieiras, ostras y mejillones que cautivan las miradas de los turistas.

A estas alturas del recorrido quisiera detener el tiempo en Galicia para disfrutar más de su comida y de su delicioso vino Albariño. Pero en un tour grupal el tiempo marcado con escrutinio me hace valorar lo que he vivido y lo que me espera en Santiago de Compostela. Una ciudad que sabe mezclar la pasión religiosa con la gastronomía gallega que hace salivar aún a quienes han nacido en el centro de España.

Al final, Santiago de Compostela me recibe con su típica tarta con los trozos de almendra molida. Una ciudad que goza del turismo, donde la música clásica se conjuga con propuestas experimentales y músicos callejeros con un talento inusitado. Es aquí, con la fachada de la Catedral de Santiago en remodelación donde digo adiós a los tripulantes del Al Andalus; donde me despido de mis compañeros, cuyas pláticas ya empiezo a extrañar.

Recuerdo, en este final de mi camino; al hacer un tour exprés por Vigo en la provincia de Pontevedra, la guía mencionó que Julio Verne visitó este puerto, y de ahí se inspiró para escribir su obra Veinte mil leguas de viaje submarino. Y me pregunto… Cuántas serán las historias inspiradas en un viaje por España, la gente que se enamora en lujosos trenes, su exitosa comida gallega, sus monasterios ocultados en lejanas montañas y sus antiguas ciudades medievales…

ITINERARIOS

La Red Ferroviaria Renfe opera los Trenes Turísticos de Lujo y ofrece distintos itinerarios por España. Por el tren Al Andalus es posible recorrer la rutas: Extremadura; Camino de Santiago y Andalucía. Si optas por el Transcantábrico Clásico, el camino se hace saliendo de la ciudad de Santander, o de la ciudad León a Santiago de Compostela (y viceversa); mismo recorrido que realiza el Transcantábrico Gran Lujo. Y el Expreso de la Robla para conocer parte de la Cordillera Cantábrica, la capital del principado de Asturias (Oviedo) y el País Vasco.
Más información: www.renfe.com/trenesturisticos

PARADORES Y RESTAURANTES

El programa diario maneja comidas en restaurantes tradicionales o con tendencias contemporáneas. Generalmente ubicados en Paradores que son puntos turísticos españoles que integran hotel y restaurante en un edificio histórico que puede ser castillo, palacio, monasterio o bien, pueden estar rodeados de la naturaleza. El itinerario “Camino de Santiago” incluye: Mesón del Cándido (Segovia); Parador de León (ubicado en el convento de San Marcos en la ciudad de León); Parador de Santo Estevo de Sil (tiene una construcción que data de los años 550 y el 555, tres claustros y una iglesia de origen románico); Parador Nacional de Santiago de Compostela (conocido como el Hostal de los Reyes Católicos); restaurante Yayo Daporta (ubicado en Cambados, Galicia, que ostenta una estrella Michelin).
Más información: www.parador.es

DE MADRID A SANTIAGO DE COMPOSTELA

Las suites tienen los necesario para descansar. La suite superior se adapta con una cama de 150 x 200 cm, un clóset, un pequeño escritorio, minibar, caja fuerte y un baño. Comodidades que también tiene la suite estándar adaptada con dos camas individuales
Las cenas en el tren concluyen con animaciones sorpresa. Para la última cena te sugiero llevar un vestuario formal, pues el cierre es una fiesta donde se elige a Mrs. y Mr. Al Andalus.
Este tren de lujo dispone de dos guías bilingües que siempre acompañan al grupo tanto en los recorridos a pie como panorámicos. No obstante, el servicio “Al Andalus” contrata previamente guías locales para acompañar a los clientes.
Ciudades y zonas visitadas: Madrid, El Escorial (en Madrid), Astorga, León, Monforte de Lemos, la Ribeira Sacra, Ourense, O Grove, Cambados, Pontevedra, A Coruña, Santiago de Compostela.
Más información: www.spain.info

 

EN LA RED
eltrenalandalus.com/

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