11 Feb MARIA CIENTO38: LA MESA DE LA FAMIGLIA EN CDMX
Por Pepe Treviño / Fotos: David Paniagua
En el tradicional barrio de la CDMX, en Santa María la Ribera, se encuentra este rincón gastronómico de corazón italiano que ha enamorado a comensales de diversas partes de México y el mundo.
Se trata de María Ciento38, un restaurante que abrió desde el año 2016, un spot insignia para la comunidad italiana que vive en México, así como para los viajeros que han visitado el “Belpaese” y que añoran con disfrutar de un bocado auténticamente italiano.
El restaurante se encuentra dentro de una hermosa casona del siglo XIX, muy cerca del hermoso Kiosko Morisco, espacio donde “la nonna” Antonietta Di Pasquale, la chef, ejecuta magia gastronómica siciliana con recetas apegadas a la tradición, siempre con los ingredientes más frescos.
Cristina María Cianola, arquitecta e hija de Di Pasquale, es la edificadora de este espacio gastronómico que se materializó después de haber muerto su padre. Cuando madre e hija decidieron compartir las recetas italio-sicilianas de “la nonna” en este hermoso barrio.
Comenzaron con apenas 38 comensales, al estilo friends and family, pero al ser un sitio novedoso, medio barrio tomó asiento para disfrutar de su cocina.
Hoy, María Ciento38 tiene espacio para 210 comensales. Es un sitio visitado por gastrónomos y foodies exigentes, de comensales que buscan un ambiente relajado, abierto para todos, ya sean oficinistas, viajeros bohemios, familias, deportistas vestidos en shorts, paseadores perrunos (es pet friendly) y grupos de amigos. Es el lugar perfecto para los que buscan comida auténtica. Es, como dice el trillado dicho, “un clásico que llegó para quedarse”.
EXPERIENCIA WIF
La fachada vibra la experiencia de lo que viven los comensales que visitan María Ciento38. Desde la calle se puede ver y oler lo que emana de una pequeña panadería llamada El Pan de María -del mismo restaurante-, que flanquea la puerta del restaurante.
Allí, un pequeño pasillo rodeado por plantas conduce a un bonito patio central, ubicado frente a una barra de servicio, rodeado por otros salones que también pueden transformarse en sitios para comidas privadas.
El jardín es similar a los que se encuentran en las casas italianas de Sicilia. Muchas plantas bajo un sol radiante y mesas tipo familiar que invitan a tomar asiento para disfrutar de una esperienza y una larga sobremesa.
Nosotros comenzamos con un coctel de la casa, el mojito limoncello, preparado con limoncello hecho por la misma Nonna, la maestra del fogón, que junto a su hija Cristina nos acompañaron en esta comida para compartir historias de la famiglia, así como una serie de platillos, como la Caponata, el clásico encurtido de berenjena con aceitunas, alcaparras, cebolla y apio. Un antipasti que nos abrió apetito para continuar con el festín culinario.
MESA DE LA FAMIGLIA
Cristina, arquitecta y entusiasta del arte, nos comentaba que ella y su mamá siempre quisieron tener un restaurante, pero su padre no las alentaba. Pero no importó por que ese sueño se materializó, siempre bajo la premisa de preparar platillos de forma auténtica, con sabor casero, ingredientes con denominación de origen italiana, sanos y con mucha alma.
Así lo comprobamos con el involtini de melenzane, preparado con dos rollitos de láminas de berenjena rellena de quesos parmesano, pecorino, mozzarella y piñones, bañado en salsa Pomodoro, el ingrediente estrella del restaurante, algo así como el espíritu de María Ciento38, ya que hacen más de 400 kilogramos a la semana, siempre seleccionando los mejores jitomates que hay en México.
Mientras la familia siciliana nos compartía más historias, a la mesa llegó el delizioso filete de res, servido sobre cama de puré de papa, tocino, cebolla rostizada y reducción de balsámico; al igual que la salchicha siciliana, hecha en casa a base de naranja, especias y con vino blanco, todo a la plancha, acompañada de papas al romero.
Cristina nos sugirió maridar los platillos con el vino Quater Vitis, con denominación de origen de Sicilia, Italia, un blend producido con cuatro uvas: Nero d’Avola, Perricone, Frappato e Nerello Cappuccio dell’Etna; así como con la cerveza María Ciento38, elaborada por la reconocida cervecera artesanal Aviscollem.
En la mesa no pudo faltar la lasagna rellena con ragû de carne; así como el arancine -difícil de encontrarlo en México- de queso ricota con espinacas frescas, un clásico siciliano que respeta la receta tradicional del siglo IX.
Era la hora de los postres. Y fue justo allí cuando la familia Di Pasquale nos comentó que poseen la certificación Ospitalatà Italiana por parte de la Cámara de Comercio Italiana, quien evalúa y selecciona los establecimientos gastronómicos que cumplen y garantizan el cumplimiento de los altos estándares de calidad de la hostelería italiana en el extranjero.
Las nonna pronto sugirió que disfrutáramos de tres postres: la torta de ricota, el clásico de la nonna, hecha a base de queso ricotta, trozos de chocolate semi-amargo y ralladura de limón. El cannolo siciliano hecho a base de vino de marsala, relleno de queso ricotta, trozos de chocolate semi-amargo, naranja cristalizada y pistache; para cerrar con la panna cotta, el postre tradicional de la región italiana del Piamonte, Italia.
La experiencia gastronómica que vivimos en María Ciento38 fue fantástica. La familia de la nonna nos hizo saber cómo los sicilianos disfrutan de la vida a través de los alimentos, así que sin dudarlo brindamos por ello con el clásico limoncello, obvio, hecho por la abuela.
- DÓNDE: Santa María La Ribera 138, Col. Sta María la Ribera, Alcaldía Cuauhtémoc. CDMX.
- EN LA RED: mariaciento38.com
- LA NONNA
Es evidente que el sabor es totalmente casero. Antonietta Di Pasquale se acercó a la cocina desde los 8 años y ya para los 14 ella era quien le cocinaba a su familia, así como a los amigos de su padre en reuniones especiales.- PUREZA ITALIANA
La cocina de María Ciento38 no usa enlatados, ni alimentos procesados. Siempre elige los mejores ingredientes. Elaboran 400 kilogramos de pomodoro a la semana. Los pescados son provenientes de Ensenada.- OSPITALATÀ ITALIANA
El restaurante tardó más de tres años en obtener el premio a la hospitalidad italiana, una certificación otorgada por el gobierno de Italia, quien evalúa que varios facetpres representen al país: el menú, el servicio, el uniforme del personal, el espacio y que el 92% de los insumos de los platillos sean de origen italiano.
Este premio no es eterno, los establecimientos pueden perder dicha certificación.
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