TRAS LOS PASOS DE HITLER… EN PARÍS

TRAS LOS PASOS DE HITLER… EN PARÍS

Se presume que Hitler sólo pasó tres horas en París y eso le bastó para maravillarse de la ciudad pero también para querer emular su grandeza en Alemania y posteriormente tratar de destruirla por completo.
París es el escenario mítico de historias y fascinación del mundo entero, emerge desde tiempos remotos como una ciudad llena de cultura. No fue en vano que el Führer sintiera fascinación por el arte y arquitectura de este lugar. Además de ser el blanco de miradas, fue también víctima de la ocupación alemana durante cuatro años en los que La Ciudad Luz parecía fundida.
Justo al inicio de esta ocupación Hitler llegó con un séquito a deambular por las calles, cada uno de sus pasos fueron documentados por sus medios oficiales de manera que ahora se puede caminar sobre la ruta que la comitiva siguió.

LA ENTRADA TRIUNFAL
Acompañado del arquitecto Albert Speer, el escultor Arno Breker, el fotógrafo particular del Führer Heinrich Hoffmann y su camarógrafo Walter Frentz, en 1940 Hitler abordó un avión que aterrizó en Le Bourget. Probablemente eran las 5:30 de la mañana cuando cinco automóviles Mercedes descapotables cruzaban la capital francesa pero no en una parada militar, sino en un simple paseo, como enunciaron los informes oficiales.
Para seguir los pasos del nazi, entonces, en necesario partir de la Ópera Garnier y pararse en la acera a admirar su majestuosidad. Lo que hizo la comitiva en su momento fue detener todos los automóviles afuera y entrar al local que, a pesar de ser de madrugada, estaba iluminado como si fuese a presentarse una gala. Después de una visita rápida al vestíbulo y el escenario todos salieron para dirigirse al siguiente punto.
Una vez terminada la visita, el grupo avanzó por el Boulevard de las Capuchinas hasta la Place de la Madeleine, donde pasó también sólo unos minutos. Actualmente, se puede llegar a pie o en metro al lugar, alrededor de la plaza hay varios restaurantes y cafés para admirar la arquitectura neoclásica de los edificios colindantes.
Puedes continuar la marcha por la calle Royal que, precisamente, inicia en Madeleine y termina en el siguiente spot, ésta es una de las avenidas que ahora se caracteriza por tener las tiendas de lujo más importantes. En ese tiempo, los cinco Mercedes Nazi deambularon lento hasta llegar a la desembocadura, o sea, la Plaza de la Concordia.
Sigue después de esto cruzar por una de las avenidas más famosas de la ciudad y que, por supuesto, Hitler no se perdió. Justo de aquí parte Campos Elíseos y aunque el grupo no se bajó de los autos, ahora vale la pena llevarles la contra y conocer a pie la vía icónica de París.

LA FILMOGRAFÍA NAZI EN PARÍS
Tras pocos minutos de permanencia en el sitio, la comitiva avanzó por la avenida Bois de Boulogne, ahora la avenida Foch. Caminaron hasta el Palacio de Chaillot y se detuvieron en una terraza para tomar fotos y hacer algunas tomas filmadas. Las imágenes de ese suceso son famosas, pues se ve a Hitler con Speer y Breker, los tres teniendo como fondo el Río Sena y la Torre Eiffel. En 1940, no pudieron conocer la torre ya que los cables del elevador habían sido cortados, pero eso no impidió que los soldados alemanes subieran por las escaleras hasta la cima e izaran una bandera. El palacio continúa abierto al público por lo que es fácil emular las poses e imaginar lo cansado que debió ser subir caminando 300 metros de altura.
Llegó después uno de los momentos más esperados del Führer, todos volvieron a subirse a los Mercedes y llegaron hasta la estructura imponente del Palacio Nacional de los Inválidos. Cuentan los testimonios que para este punto la curiosidad de todos se desbordaba, pararon frente al edificio y lo vieron con admiración. Inmediatamente caminaron hacia la tumba de Napoleón, Hitler se quedó pensativo y después de unos minutos ordenó que se trasladara desde Viena el cuerpo del único hijo del Gran Corso para que descansara junto a su padre. En el palacio hay cuatro lugares que seguro debes visitar: La Iglesia de la Cúpula, la Iglesia del Soldado, el Museo Militar y la tumba de Napoleón. La caravana prosiguió por el Panteón de París, aunque lo que llamó la atención de los presentes fueron los mausoleos de los héroes nacionales de Francia, no la arquitectura del lugar. Actualmente ahí descansan 65 personalidades francesas, entre las que se encuentran Voltaire, Rousseau, Víctor Hugo, Marie Curie y Alejandro Dumas.
Minutos más tarde cruzaron por la calle Soufflot y a bordo de los coches rodearon La Santa Capilla, lugar que es imperdible para todos los amantes de la arquitectura gótica y que además alberga reliquias preciadas de la iglesia cristiana, tales como la corona de espinas de Jesucristo, parte de la cruz y otros objetos del martirio. Siguió Notre Dame, también de estilo gótico. Y posterior a la visita obligatoria dentro de la iglesia, como el comité, es preciso caminar por las orillas del Sena.
El viaje llegaba al final, la penúltima parada fue el actual Museo de Louvre, que sólo recorrieron por fuera.
Para cerrar el recorrido, Hitler llegó a la Basílica del Sagrado Corazón, subió por la colina de Montmartre y tras poco tiempo, todos abordaron de nuevo los Mercedes y regresaron a Le Bourget. En el transcurso hicieron una pequeña parada en el cabaret Moulin Rouge, aunque una hora después volaron sobre París de regreso a Alemania.

MONUMENTOS E HISTORIA PERDIDA
Regresaron los alemanes maravillados con París, pero en cuanto las fuerzas del Eje perdieron potencia un par de años después, Hitler ordenó que todas las estatuas y monumentos que significaran libertad fueran retiradas y destruidas. Algunas de ellas terminaron fundidas y convertidas en balas para alimentar las armas nazis, otras simplemente permanecieron en la oscuridad del abandono. Antes de que se decidiera su futuro, todos los símbolos fueron llevados a una bodega de chatarra ubicada en el distrito 12 de París, que ahora es una esquina con restaurantes, galerías de arte y una tienda de artículos para el hogar. Los resquicios de la destrucción masiva de estatuas prácticamente ya no existen, pues todos los vacíos que dejaron se ocuparon con jardines o monumentos nuevos.
Con un régimen autoritario tan estricto, la capital francesa perdió su condición de lugar vanguardista y artístico, es la única ocasión que se ha considerado como obsoleta. Lo cierto es que las estatuas nunca regresaron a su lugar de origen. Un ejemplo claro es la fuente de la Plaza de la Nación, ubicada entre el distrito 11 y 12, se mantienen en esta glorieta las esculturas más grandes pero desaparecieron tres lagartos que simbolizaban el triunfo de la democracia.
Otros de los caídos fue el monumento al inventor de las telecomunicaciones, Claude Chappe, éste se encontraba en el séptimo distrito, justo en el cruce del Boulevard Raspail y Saint Germain. Actualmente, la rotonda no existe y alrededor sólo hay edificios antiguos y comercios. Lo mismo pasó con la estatua del Marqués de Condorcet, que se sustituyó por una escultura de Jean-Francois Soitoux, representante de la República, en el muelle de Malaquais a orillas del Sena.
Así sucedió con una cantidad exorbitante de monumentos, los pocos que se conservaron fueron las estatuas de Juana de Arco, en le Jardín de las Tullerías; la estatua de Napoleón Bonaparte, en el Palacio Nacional de los Inválidos; y la estatua de Luis XIV, en la Plaza de las Victorias al centro de París, entre otras.

  • DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, SE ESTIMA QUE DEMOLIERON UN TOTAL DE 17,000 ESTATUAS.
  • NO SE SABE CON CERTEZA QUÉ DÍA LLEGÓ HITLER A PARÍS, ES SEGURO QUE FUE EN JUNIO DE 1940 PERO PODRÍA HABER SIDO EN CUALQUIER FECHA ENTRE EL 21Y25DELMES
  • GRACIAS A LA RENDICIÓN DE FRANCIA DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, LA CAPITAL FRANCESA MANTUVO INTACTA CASI TODA LA ARQUITECTURA DE SU DESARROLLO URBANO, DE LO CONTRARIO LOS BOMBARDEOS EJECUTADOS POR EL TERCER REICH HUBIERAN HECHO SUCUMBIR A LA CIUDAD LUZ.
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